lunes, 13 de octubre de 2008

La partimos por la mitad

Era un pueblo bastante pequeño, por esa razón era casi inmediato que los que ahí Vivían se enteraran de cualquier novedad; las novedades normalmente consistían en vecinos recién llegados, quien se acuesta con quien, quien engaña a quien y toda esa información innecesaria que es tan cautivadora.
Ahora las cosas no eran distintas, solo que esta vez las personas del pueblo se involucraron bastante, porque ahora los implicados eran Doña Margarita y Don Julio, de las personas mas queridas. Tenían 22 años juntos, la casa más popular ,30 gatos, 12 patos, una camioneta blanca con franjas cafés y una lancha para ir a pescar, aunque cada vez iban menos; Un día Don Julio se levanto con la idea de que ya no quería a Doña Margarita, y entonces la vio salir del baño con la batita amarilla que casi podía tener los 22 años de matrimonio, y la vio untarse la crema en la frente y debajo de los ojos y a la hora de comer Doña Margarita ya no le parecía tan atractiva ni tan fácil de tratar como le había parecido todo este tiempo, si no que mas bien insoportable y rotundamente nefasta, entonces lo dijo así sin mas
-Margarita, me quiero divorciar
-Pues divorciémonos- dijo ella casi en automático, como si la respuesta la hubiera sabido desde siempre y solo esperaba a que le hicieran la pregunta.
Don Julio se sintió un poco mal, le hubiera gustado otra reacción, pero al fin y al cabo el divorcio era lo que quería. Y se divorciaron y se dividieron los gatos, los patos el la lancha para ir a pescar y ella la camioneta blanca con franjas cafés y entonces empezó la guerra cuando se trato de pensar en quien se quedaría con la casa, esa casa verde de grandes ventanas con teja y hecha por ellos mismos, esa casa de madera que un buen día paso a ser un tesoro para todos los que habitaban ahí, porque era un casa sinceramente hermosa, de dos pisos y afuera un árbol lleno de botellas de colores.
Ninguno de los dos quería ceder, entonces llegaron al ridículo acuerdo de partir la casa por la mitad, y los amigos de Don Julio se dieron cita el domingo para poder partir la casa en dos y tardaron pero se la llevaron y dejaron a Doña Margarita con la mitad de su casa y la mitad de todo lo que Don Julio le dejo y hasta podría decirse que la mitad de su corazón y su alma, porque como Margarita le dijo casi en secreto de confesión a una de sus mas viejas y queridas amigas, cuando esta le preguntó que si se quería divorciar de Don Julio
- Yo siempre pensé que íbamos a estar toda la vida juntos, quererme divorciar de el?, no, nunca, pero el quiere divorciarse de mi, cuando a Julio se le mete una idea en la cabeza no hay poder humano que se la quite.
- Y porque no haces algo? – le preguntó la amiga
- Para que? uno no puede tener todo lo que desea, mira vieja, la verdad es que hace días que Julio esta muy raro y no me mira como antes y no platicamos en las tardes, para que quieres que me quede con el , si el no se quiere quedar conmigo, y si logro que se quede, no va a ser mi mismo Julio, el que conocí con su chalequito negro aquel jueves hace mas de 20 años .
Y su amiga la entendió, y ahora si perfectamente. Y la casa de madera y de dos pisos lucia tan fea y sola, ahora que solo tenía un lado. Y Don Julio se arrepintió tanto de haberle hecho caso a su sueño de esa noche cuando decidió pedirle el divorcio a Margarita; había soñado que Margarita y Jonás, el nuevo del pueblo, tenían un amorío, y ese día de levanto muy enojado y por eso ahora estaba tan arrepentido.

No hay comentarios: