miércoles, 10 de diciembre de 2008

Para ti, que no te animabas a decirme lo que pensabas, eres tan torpe como yo, sabias?



Lo nuestro, hijo, no es una coincidencia

Es más bien un reencuentro

Somos una bendición de Dios, un hecho real,

Lo nuestro, no tiene fecha de caducidad, ni espacios intermedios

Es una vida compartida, con partidas de madre y de padre

Pero es lo nuestro, lo que tú y yo formamos ,desde que nos vimos

Y reconocimos, hasta el mal entendido más cercano a esta fecha

Y por el que ahora te escribo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya lo sabía, lo supe desde el principio, perdóname, quizá soy mas temeroso para las buenas causas.... te lo agradezco, lo bueno de todo, es que ni tu ni yo conocemos cual será el último día, Dios no se equivoca, apenas comenzamos....