domingo, 7 de septiembre de 2008

Antes

Extraño mucho esos momentos de autentica depresión, cuando escuchaba a Silvio Rodríguez con esa voz que tiene tan peculiar que resulta ser un gusto adquirido, y los extraño porque escribía mas y porque de cierta manera me sentía mas en contacto conmigo; ahora apenas en la mañana cuando le estaba barriendo a Milán y puse un CD de Silvio para que me acompañara, me di cuenta de lo que me he perdido por ser tan feliz estos últimos meses, la felicidad tiene su precio, el precio es la tristeza y a veces esta ultima hace tan tanta falta como la primera, no es que me quiera convertir en la misma mujer insegura llena de dudas y cuestionamientos injustos, pero me gustaba lo que me provocaba eso, me gustaba que mi refugio siempre era el cuarto piso de la biblioteca, me gustaba llorar en las noches y despertar con los ojos hinchados, y salir los viernes y solo obtener la felicidad si tomaba un poco o besaba a alguien, me gustaba el olor del perfume que me ponía y verme en el espejo con los ojos tristes y sin mi boca de guasón porque me reía menos, me gustaba ser arrogante y criticar a los demás, y decirles pretenciosos cuando talvez la única pretenciosa era yo, ahora que lo recuerdo no estaba tan mal, ahora que lo recuerdo las Mayras que han pasado por mi vida han estado bien y solo duran lo que tienen que durar, talvez por eso ahora soy esta Mayra feliz, que no importa si toma o besa a alguien sigue siendo feliz, y me gusta ser mas tolerante y encontrarle el lado bueno a las cosas, como película ñoña de Disney ,talvez por eso seguiré escuchando a Silvio para llorar de vez en cuando y después tener esa opción permanente a la sonrisa.

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