sábado, 7 de noviembre de 2009

Nos comenzamos a besar, eran de esos besos que nos son el fin en sí, si no el principio de algo. Esos que te alteran de forma tal, que te estremeces a cada lengüetazo, y si que eran de esos. Segundos después me encontraba en horizontal, sin pensar en el tercero, pero si en el cuarto que me permitiera, por el amor de Dios, pensar aun menos de lo que estaba pensando y hacer aun más de lo que estaba haciendo. Fuimos medio interrumpidos por la ropa y después por la bestia de ojos rojos y azules que termino con todo. Termino con todo esa noche y casi creo que con las que restan. Pero yo me pregunto: ¿Lobo estas ahí sí o no?

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