martes, 14 de abril de 2009

En mi nueva casa, se escuchan los cristales de las ventanas retumbar cuando hace mucho aire. Es escandalosa esa casa, no hay medias tintas, todo es en grandes cantidades para ella, desde los recibos de servicios, hasta los espacios y los silencios. Aunque en realidad no es muy grande, pero es más grande que la casa donde he vivido los últimos 24 años. Por eso me asombro. Me esta gustando cada vez más, la siento como un hogar, es divertido estar ahí, es divertido planear mi partida desde esta casa nueva. Me gustan los cambios, me gusta abrir nuevas puertas, lo digo literal y metafóricamente. Estaría bien que con esta casa nueva también cambiara mi cobardía por un poco de valentía y le invitara unas cervezas a este chico pelón que tanto me gusta.

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